domingo, 9 de agosto de 2015

unidos por el espanto

Vivían espantados
Vivían desconfiando
No se miraban a los ojos
Ya que una antigua profecía decía
Que de hacerlo

Se volverían polvo


martes, 30 de junio de 2015

Qué es la niebla, me pregunta Lucía,
Es una nube caída que vaga, generando curiosidades, accidentes e incertidumbres. 
La niebla vagabundea, atraviesa el barrio, nos lleva a otros, nos extraña de nuestro paisaje.
Andamos en la niebla como quien navega una nube, una duda. Asistimos a la escenográfica materia del cielo frente a nosotros, al cielo como cosa tangible...
Hay gente apenada por la niebla, como los hay frente a la lluvia, que es justamente otra clase de comportamiento de las nubes. Nosotras, en cambio, disfrutamos de ese extraño comportamiento del cielo, que se derrama en agua o vaga entre nosotras como niebla, curiosa, accidental, incertera.
Era un día de democracia. Hacía calor creo. Estaba sola en casa. Era una niña pero ya no pequeña. La televisión dijo Estado de Sitio. La televisión mostró hombres vestidos de militares con sus caras pintadas. La televisión dijo Estado de Sitio. No había internet, no sé me ocurrió llamar a nadie. Agarré mi bicicleta y fui a la biblioteca pública más cercana.
El bibliotecario que me conocía me dio un libro. Constitución, decía, y buscó una parte donde se definía qué era eso que la televisión anunciaba. Un presidente en democracia puede… “en caso de perturbación o desorden”. Estado de sitio es una excepción, la suspensión de las reglas, el fin, la suspensión del derecho. Fue la primera vez que vi y supe de ese  librito, constitución.

Las manos me temblaban frente a la certeza de que se trataba de una excepción ponderable el que los militares se sublevaran. Estaba escrito. Podía suceder. Recuerdo el lugar exacto donde leí esas frases al costado de una larga fila de enciclopedias que nadie consultaba. Sentí parecido a la vulnerabilidad. Entendí algo acerca de la democracia. Dejaba la infancia.

miércoles, 8 de abril de 2015

todo me aburre
salvo la algarabía del viento
las ramas encimadas
la velocidad de las hojas
salvo hacer con el tiempo
cosas
compartido el tiempo
o sola
Anidan las tardes del aguaribay
llueve y para
zorzales cosechan del barrial
el sol seca
y las mañanas vuelven al tornasolado verde
uno + uno el río eleva las horas
al delirio de belleza
mi retina se impregna de litoral
late el corazón en el cuerpo
en un tapiz colectivo
late como que brotan las plantas
y como que todo sabe a futuro
late el corazón como si fueran dos tres o cinco
como si las embarcaciones volaran
no somos solos
ni somos los mejores
somos entre latires
entre latires persistentes
como aleteos de mariposas
somos en el tapiz
de yo tu el nosotros otros todos
acá allá ahora siempre
somos en el contorno de la sonrisa
como que nos brilla el alma
y podemos ser y somos
en el corazón que late en el cuerpo
en el tapiz colectivo
tanto y siempre
como que brotaran las plantas
traza una linea de luz
el sol
en la pared
quiero saber qué ilumina
una voz
en el silencio